Posts Tagged ‘ella’

a lugar,

momentos transitan de a uno,

no a lugar,

al recuerdo…

vorágine desmedida de vida

se me desprende la piel

quiero taparte con ella,

esperando que el verano sea piadoso

los fantasmas esperan,

los monstruos acechan…

estaremos hechos ¿para saber decirles que no son ciertos?

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un día volví al agua
la velocidad del cuerpo atenuó
al ritmo de las ondas
Preferí nadar…
mucho para frenar,
mire demasiado para ver;
el instante nos presenta
sabremos si, sabremos no
ojos picardía límpida,
labios de frescura temblorosa
las manos prestas
sonrisas distraídas con el mundo delante.
Me dirigiste al futuro,
quise que lo sintieras al instante
en la noche caminábamos calmos,
no seria un colectivo cualquiera
el que se iba
menos aún el que tomaría…

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me salieron al cruce un montón de escritos, tuyos…

no pensaba tan caros a mi presencia,

tomaste entidad, en la distancia,

te pudiste construir en soledad

a lo lejos,

no nos pudimos abordar en momentos próximos…

ya te siento cercana.

ese sol que ven tus ojos acariciar rostros,

sonidos que escuchas y apretados en una cantidad de palabras, se desdoblan para llegar…

los abrazos, la noche, la danza por dentro,

hemos recorrido tanto con tan poco

o por lo menos eso es lo que siento que pude darte.

había escrito un papelito por aquí,

ya no lo encuentro…

decía algo como esto que te cuento a continuación:

me siento un cobarde, no logro dar entidad a las historias a las que le abro la puerta

tanto en la vía vida como en el cine…

(creo que lo que rezaba el escrito era diferente)

agolpado de historias posibles, a veces no desarrollamos ninguna,

ni el papel, ni la calle, ni la cámara posibilitan destrabar la realidad de cada lugar…

no fueron los tres besos,

no fue ella,

me parece que simplemente soy yo…

(el cobarde)

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encuentro que escribo fiero, apurado, con una prisa que no llega a ritmo, oraciones que terminan una palabra antes de la coma. el desfajase es constante, el lugar que ocupa cada cosa puede ser pulido en cada relectura. aunque no veo la posibilidad de reformular ciertos textos automáticos. son flechas al frente, lanzadas en lo alto. pretendiendo que surquen el cielo y se mantengan en el aire lo más posible. los que tienen alma a veces lo logran. crecen con uno, te acompañan en el desarrollo, aunque parece que siempre te están dejando, yéndose, se mantienen cerca, toman giros inesperados. funcionan análogos a los amores. como los amores analógicos de los que no huyo, de donde no me sacan a los tiros sin querer, ella va a seguir sin saludarme, yo sin estar ahí para contenerla. la ciudad y sus ojos se confunden. no fue lo mismo la última vez, eras un fantasma que ya no perseguía, como buen fantasma te mantendrás aquí, charlaremos con los edificios que nos contuvieron. la rabia en tus ojos de dulce terminar ya no podrían mirar, me hace a un lado de su vía vida. le contaré a tu fantasma los cuentos ilusorios sobre futuros a los que nunca me anime, le dire en confidencia de lo apurado que voy en este procesar. solo me alcanza el tiempo para escupir los huesos uno a uno. y en ese mirar no hay pausa. me tomas de la mano puedo saltar del carrusel en movimiento. solo respirar a tu lado es lo que falta. habré querido llevar cada amor hasta su final, devorarlo, automatizarlo, leerlo, amarlo, saludarlo a mi lado. no correr con necesidad.

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Córdoba permanece impávida en este despertar de la semana, dios duerme desde hace mil domingos y camino con gastón en dirección a la plaza colon.  Dumesnil hasta castro barros, camino y los primeros diálogos de la mañana se suceden, el mate descansa en nuestras manos mientras ese frío viento nos pega de frente. La mañana no abandona lo arduo de encarar la calle sin un café corriendo por mi cuerpo.

El abrigo parece poco, el pelo se tensa en mi colita, el cuello de la campera ahorca. Se están haciendo las diez de la mañana y avellaneda se hace puente, una larga cola de gente hace fila en el anses, las charlas en torno a la reunión que vamos a asistir concuerdan. Sigo sin encontrar razón para estar levantado. Cruzamos rioja frente a la mirada furiosa de un par de cobanis desde arriba del móvil.  El piso, la gente esperando el bondi, la publicidad de esa panadería ocupa la mirada antes de llegar al kiosco de tacheros , en este día gris no hay mucho publico en la barra desayunando. Llegamos a la esquina, pasa un auto, cruzamos entre otros dos, piso la plaza colon, primero que gastón.

Levanto la mirada, veo una chica venir a la altura de la fuente, vuelvo la mirada a mi compañero mientras no para de hablar, vuelvo la mirada al frente y ya no la puedo sacar de vos, te veo con ese pelo que imagine siempre, y que nunca dejaste de teñir, que siempre me gusto. Traías un rostro de mañana, la mirada esquiva al piso, cabeceando un poco, trate de buscar tus ojos durante esos tres metros que me encontré con vos, no querías, ni ibas a querer, huiste de ahí…

De ese encuentro en la ciudad que tanto pensé, tantas veces en el imaginario me viste y no era yo, tantas presencias me saludaban entre el cemento, tantos ojos rasgados me miraron en otras caras, celebraba el encuentro mientras transitaba las calles en bicicleta. Hoy que se dio, váh, hoy… ese ayer que no pude atacar en el momento, no pude verte a los ojos, si me viste no quisiste. Me quede pensando en cuan mal te habré hecho en el camino, desprolijo, creo que con vos siempre fui distraído, disperso, desprolijo, no tuve la sensibilidad para contestar a tu dosis de amor, que no eran tantas, y estaban bien… En un momento me sale cambiar de lugar a las personas, para pensar que no pertenecen más al universo del amor. Que el cariño sufrió un desapego fuerte, y por más que me habites la cabeza, el cuerpo, me distraje con la vía vida, siempre fuiste fuerte en mí, tuve fantasías de barrio, de vivir en San Vicente, de habitar los bares de la quinta tomando birra con vos, te volví a ver después de mis fantasías no pude confesarte ninguna…

Estuvimos en ese bar de los hermanos que hoy es un mal recuerdo de lo que fue. Podría charlar por horas, abrazarte por la cintura y mirarte sonreír picara, me robaste la posibilidad de ese pequeño adiós que nunca te di. Lo dilapide en inutilidad, los vaivenes me hacían pensar que éramos eternos, me acompañaste en la noche de mil rodajes, y creo que por el dos mil diez te había amado por última vez, moría néstor y yo me iba presuroso a otro lado, distraído, llegar primero no es ser el más aplicado, debería haber habitado esa cama, darme herramientas para amar, siempre corro la perdiz (aún no siendo necesario. eso debe ser huir)…

de a ratos mi fidelidad es con lo que hago o eso pienso, no supe verte que esta vez estabas ahí, que no era tiempos de otro novio para vos, de otra amante para mí. Y ahí te fuiste en la misma ventana que traía el día, hoy fuiste una estela de la plaza tal cual eras, solo que más seria de mañana, con menos brillo en la cara, igual de potente aunque sin alegría…

dejas tu estela por la ciudad y la persigo en la noche, la encuentro en el día… vale la pena haberse levantado, le comento a gastón mientras termino de cruzar la plaza, que el día ya me ha pagado, el resto de lo que suceda es gratis, viene de arriba y tu presencia mercedes seguirá resonando hoy en cada uno de los días…

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hubo un instante en el que nuestros ojos se encontraron, uno breve, de esos que filmamos arriba del R12 gris, el que iba caminando era yo, esos ojos azabache se encontraron con los míos, palideció tu cara, y fue volver a vernos después de tanto silencio, sobre todo de mi cuerpo parado frente a vos, no pudiendo gesticular palabra, cuando a lo mejor nos debíamos otra charla. Fui mudo, y no podía explicar que mi amor había partido, extrañe horrores, solo que no pude, casi siempre fui tajante porque no entendí de grises, de dosificar lo que podía dar habiéndome mudado de ahí.

mi penelope cruz se pasea en un focus ultimo modelo, con su hijo en brazos…

el rayo hoy es diferente, pasa a través de un prisma o simplemente de un colador, puede dividir en colores o en mil pequeños puntos de luz, trato siempre trato de aunarlos, de recogerlos uno a uno, como juntando ramas desperdigadas, la potencia difiere, la manera de estar se constituye de una manera cercana a la posmodernidad.

fui un hombre de otro tiempo, construí la realidad ahí, los suficientes cambios para marcar lo importante que no existía hasta ese momento…

en el terreno de los afectos, de los roces, del sexo me entregue tal cual lo sentía, y siendo un hombre de otro tiempo, fui poniendo moños a cada una de las flores que sonreían al pasar, tapie un par de puertas con la férrea sensación de estar entregado a ella… nunca dude de mis elecciones, aunque el tiempo cambio y ese hombre que no veía posibles parejas, despertó, cuando lo hizo no quiso y primero intento cerrar lo que estaba siendo y dar vuelta la pagina, al cerrar… el daño calo hondo y nos quedamos sin marco, sin poder achicar la brecha y la soledad del hombre de otro tiempo se lo comió…

su muerte fue sentencia de su consecuencia, de llevar al extremo lo que se piensa de las cosas, puede que haya sido una mejor versión de esta persona que fui siempre y sigo siendo hoy…

dar muerte al hombre de otro tiempo 

matarlo fue un proceso, no estuvo exento de soledad, insomnio, más consecuencia, ausencia de piel, recorridas por agendas que había prendido fuego y en las cenizas solo quedaba algún número suelto de hojas mezcladas. intente encontrar el amor de aquellas que había desairado, sin el aura o medioambiente para que florezca eso que nos acerco en su momento, así se fue yendo, como una planta sin regar, de a poco, atomizado, disgregando en charlas de celulares, en salidas a lugares sin destino, en alcoholes varios, borracheras eternas, en encuentros furtivos sin el más mínimo reparo, lo primero que reventamos es la piel, cuando esta muere, como los animales la cambio, por una nueva y aquí lo complejo es con cual nos vestimos hoy para ser…

he tenido suerte ante todo, y ante cada una de las bellas personas que han estado a mi lado por lo breve que haya sido ese lapso, he querido, he amado, he construido una piel en el fragmento de tiempo posible que nos permitimos permanecer juntos… mi atomizado ser se aboga la posibilidad de decir hasta donde sucede ese tiempo posible, ese tiempo finito en todo caso se construye entre ambos, y por ahora trato de ser intuitivo, sensitivo, y sincero con lo que sucede, nos sucede y como lo construimos en los breves instantes que compartimos en el mundo.

te gane mes a mes, no durábamos más que ese noviembre y subestimábamos mi pequeño ego, ese que hoy creo que camina por otro lado, no tiendo ese tipo de luchas, ya no de esa manera…

he construido mudanzas, cervezas de barrio, amaneceres conjuntos, desayunos en la cama y no por eso los impulse al amanecer.

lo primero que me falta no es la correspondencia, es tomarme de la mano para ver tu recorrido en soledad, si el camino que transitas es en soledad, no me llevara a tu paraíso y muy rara vez llegue a mudarme ahí…

he atomizado demasiados paraísos perdidos, de cada uno he saqueado algo, mi velocidad a arrebatado la mitad de la vía vida a… he matado con apuro, algo que sin dudas me iba a cargar.

¿qué habría de cambiar?

solo se que a veces añoro volver a lugares de los que me ido tirando napalm, a los que he ingresado gritando AMOKAMOK, antes de matar a quien se cruce, o grite algo en contrario…

el lugar del crimen, habiendo mirando a los ojos a quien creía no merecer tal destino, el desierto taxativo y determinante del hombre de otro tiempo, solo hoy, abrir la puerta del ostracismo que se abalanzaba para abrazarme en soledad…

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no me dejes caminar en soledad,

los caminos se bifurcan desde el vértice,

supimos dibujar rombos, ahí reside el acierto…

no vendamos tan caras nuestras emociones

la gratuidad de perder, la potencia a ganar

se nos va de las manos lo evitable,

elegimos caminar, «no juramos por nada más

que arrancarnos la maleza de una vez…»

miro ciertos acontecimientos, veo los diálogos por decir,

sigo de página, no participo en ello

ser en ese ostracismo autoimpuesto,

que me pierdo, de que no participo

el mundo sucede allá,

a través de que ventana entramos al hoy…

lo sabemos, lo intuimos, de a ratos accionamos,

tristeza de tener claro ciertos hilos,

no tirar de ellos aun en su bondad…

elijo, elijo seguir, y eso no está, no, no está, así es…

será, saldré cuando allá que brotar, brotaré, desde aquí…

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cada una me gusto, he realizado mi esfuerzo por mantenerme. no he perseguido inutilmente algo, en un principio me he mareado, algunas de ellas le guste demasiado, quien puede recibir el exceso de lo dado.

los tres besos y no dar vuelta la cara, no quiero vender y no esta a la venta, encontrar otros labios, tus labios…

podre cambiar eso que no viene, salir, transformar el espacio.

la casa debe mutar, con ella la via vida,

las peliculas vendran, estan viniendo

estan materializadas deben salir a la calle, terminar de encontrar su final,

el cierre del circulo, de la mano, de tu mano

de sus besos…

 

 

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que es lo que vale una tristeza, cuanto vale una desilusión,

perder eso que esperamos, eso que esperamos (susurro)

que no se.

no… hay lugar para, los dos,

no sabemos ver ni por que se perdio, porque lo rompimos, ni cuando se rompio

solo sabemos que fuimos a buscar,

que pudimos mirarla a los ojos.

no se, tus ojos me esquivaron

sabiendo que era yo

que sera de esa triteza

que ya nadie vio

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los colectivos iluminan con leds la calle
luces azules abanican en círculo,
pintan las casas de «seguridad»
tras el puente de las flores.
respiro tacto, pausa, la que solo podes aportarme.
te miro a la distancia, capítulos cincelados a martillo.
no sé cuánto dura la vía vida, particularmente la mía
la velocidad voraz come de mi hígado,
lo precipitado en la cumbre corroe mis pulmones
dieciocho, 19, veinte en la noche se escurre una garua fina que no cesa de caer…
mantengo en vilo la calma,
sigo sonriendo con los ojos
miras picara por sobre tu hombro
pocitos,
muestras tus dientes, que muerden
sonríen mostrando el sol…
abrazo tu piel en cuanto puedo,
deshilacho lo que desespera, armo algo con sus restos
te veo venir a mi lado,
ya no pierdes la calma…

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Uno confunde el amor con cualquier cosa, mientras planeo enamorarme de la piba hermosa que viaja dos asientos adelante de mí en el A4, lo pienso todo el viaje, sus anteojos negros que terminan en punta hacia arriba y su hebilla que le sostiene unos pocos pelos, sé que algún personaje de la ciudad vendrá a sentarse entremedio de nuestros cuerpos, solo quedara el reflejo en el vidrio de noche, intentar sonreír cuando te pares, esperar todo el viaje a que cambies de estado, que me reconozcas caminando.

El A4 sigue, el guardia de seguridad se nos interpone, está sudando. Siento que tu reflejo me busca y mantengo en vilo mi tenue concentración.

Tengo otros problemas húmedos que no me separan de ti, en otra ocasión me hubiese devorado sin pausa. Aquí pausamos y lo dado se dibuja con un doble trazo, cruzamos el puente y siento que este idilio no estuvo más que en mi mente, que el reflejo no llego a quererme.

Me paro a tientas, mientras llora la humedad, sonrío esperando que ella en algún momento se ponga de pie y me vea sonreír. Nada de eso pasa, toco el timbre y dos cuadras después encuentro mi parada. Me bajo en movimiento para alcanzar su ventana, la miro con la sonrisa que traía hace 15 cuadras, me mira y sonríe tenuemente, le quito la mirada, su colectivo avanza parece perderme. El semáforo me da otra oportunidad, cinco metros más allá  ella espera mi llegada con una profunda mirada que no me permite dejar de mirar, tras sus lentes el profundo transitar… Me mira y la escena ya nos escindió, creo en ese renacer, en que existe más de una posibilidad, por eso sigo volviendo a ese bar, por eso mañana montaré el A4 para soñar…

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quiero estar ahí, aunque el mareo es progresivo, me lleva la danza, tu velo negro que tan sutil me envuelve en lo azaroso del tiempo por delante…

de que lado caerá el jarrón al estrellarse, cual será el pedazo de mayor tamaño que sobrevivirá al impacto, hoy no lo sé, estaré ahí para verlo una vez más, lo charlaremos ni bien suceda, me gustara escribir la historia de lo que acaba de pasar.

historiador instantáneo

armo enfoques sobre lo real, el relato se confunde con las ficciones que uno escribe, percibo las estructuras de lo que pasa enfrente, un mapa de intenciones, lo que deviene de cada quien. déjenme ver, déjenme maquetar. es una opción, es la mía. quiero jugar, juego, no soy el muñeco articulado que imaginas.

estoy, déjame ver, mírame al ver. camino en paisajes que no imaginan. habito espacios de soledad, encuentro instancias con el otro, no siempre arribo a los mismos cuerpos. giro, volteo, corro, miro tan profusa la idea de mantenerse estático. no traiciono, dudo, claridad al moverme. desaíro planes en los que soy una figura puesta, es tan cierto que el cuerpo obliga a virar. a planear en contrario, no siempre la linealidad marca todo.

de la ola nos bajamos para no marear a los tripulantes del barco, tengo que volver a pensar en el equipo. a correr por todos, con todos, la vanguardia desbocada puede que arroje más muertos a esta batalla.

he forjado una individualidad, sostiene, apuntala, desborda, redobla, pierde.

en donde encuentro los planos de construcción del hoy, camino sobre el agua solo, compañeras arriban a mi lado. no sé cómo sostenerlas en la caminata. las pierdo, me pierden, a veces nunca tuvieron a mi lado, a todas las quiero a mi manera. richard sopla las letras de noches oscuras, amores que no vienen y encuentros furtivos con el velo que no deja ver que es lo que realmente pasa, cuando pasa… camino apurado, ya nada es igual. toda aclaración es falsa, y las palabras que me preceden una linda música.

me pierdo al jugar, a veces en el bar, toma mi antebrazo, llévame a caminar…

Fragmento Never nu Dozin

«Tu corazon blindado resiste mi amor
Quien quedo ya se ahogo de nuevo esta
Buscando a quien amar
tomo al azar el brillo de algún gris
Despide la noche tan bella es la noche

Te parece facil acaso te parece mal
si encuentro en la noche
De nuevo la noche es el juego
No parece facil te sorprendera
Un salvaje recuerdo salvaje recuerdo 
De una sencilla aventura
Salvaje recuerdo»

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No he tocado nada, no he mirado a nadie con tu poder… te encontré en la noche de la que no volves. Si supieras que me entregue al tacto de tu negra piel, en dos caricias era tuyo y tu alma me tenía a merced.
Hace conmigo todo lo que la gitana vaticinó, roba mi alma antes de darme una de tus lagrimas… ya no eras sedosa, habías perdido tu bífida calma, rubia desconsolada en un camastro, no quería, había abandona tus encantos.
Extrañaba eso que ya no podías dar, que había roto una vez más. Vislumbro la trama, entrelineas miro detrás.
A golpes de puño la banda se debatía con unos pibes que nos quisieron punguear, perdimos la trenza en un primer instante, doblegado por el brazo Andrés era el complicado, los otros manteníamos el combate, no lo remontamos, solo nos sosteníamos en la lucha forcejeando, una mano tirada, empujones, tirones, la vieja gitana entró a los gritos, determino lo posible en esa calle, maldijo a los pibes que quedaron impactados, la maldición estaba sobre ellos, el tumulto se aplacó, Andrés suelto acomodaba su brazo. La gitana siguió camino, los pibes desaparecieron en la bruma del descampado. Ramia juraba haberla escuchado decir en el medio de la maldición que Belgrano salia campeón.
Quedo solo en lo profundo de Las Flores, un lugar grande, me atraen los olores, los calores, el gringo anda por ahí, no conmigo. Los colores se van mezclando, una rara melodía me lleva a tu lado. Me detengo a los pies de la cama embelesado, eres una pantera deseando ser acariciada, me muevo lento, cambio centímetros por tiempo. A mis espaldas se abre un mercado, telas, gente, poco importa, tu ser ocupa todos mis sentidos, inmóvil te contemplo, las telas me arrastran. El momento es tal, irrefrenable, se dispone a tus pies, un silencio corta el aire, el todo se hace añicos. La gitana entra desde atrás de una cortina vociferando una mezcla de palabras y dialecto, para insultar, maldecir a mi negra debilidad, le habla de ser la ruina de sus hombres, de arruinarlos hasta la muerte, alcohólicos, perdidos en sus mieles de bruja, les arranca el corazón para masticarlo como una manzana. Ella escucha, saca su bífida lengua, no ataca, demuestra a las claras que puede hacerlo. Encuentro entre el encanto y la escena. La gitana trata de decirme palabras que no puedo entender, sobre esa mujer del chocolate. Hace un ademán con la mano y se va mascullando sin mirar, en su rodeo ve irse a la anciana, se pasa a mi lado, y contorsionándose, llama, se hace llamas, subo la mano por su muslo, no he hundido mis dedos en tamaña sensación, pongo una mano en su cintura, ella se acerca a mí, puede que este desnuda no lo se. Me da un beso que difícilmente olvidaré, encontraba placer extasiado en cada centímetro de su piel…
No lo puedo negar, ella podía doblarme como un papel, no tenía más que hacer, a lo lejos la voz de la gitana llegaba, susurro al oído, aléjate, sal… Uno que quiere estar en las llamas donde se funde el acero no hace caso a estas advertencias, pero algo se quebró, en lo que veía, esa magia, me separe, rompí el puro placer, ella tiró una garra que paso rozando mi cara, ya no podía volver allí, ella se transformaba, odiaba, bramaba, enfurecía, sacaba la lengua, retozaba de dolor, ya no estaba ahí, mi cuerpo se alejó como tantas veces pero esta vez no era así de simple.
Desarme lo imposible, transforme a esa pantera de fuego, en no más que una mujer mínima llorando, su negra piel relucía blanca y su rubia cabellera era un desastre, lo que manipulaba en el llanto ya no era efectivo.
La rompí, ni en cien años encontraré algo igual, para darme el lujo de romper, quise pedir disculpas al mismísimo diablo, aunque ya no estaba por aquí…

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la vía vida remplaza al ritmo, a las palabras las dejamos de lado para actuar… ver venir una ola, nadar, solo nadar, querer que me lleve lejos, a lo sumo que me revuelque un poco y terminar tirado en la arena.
Fuerte, vivimos un año esencial, visceral, rápido muy rápido, dibuje la pausa en un movimiento de bigote.
Tal vez los planes no salen según lo estipulado, lo turbulento se presentó para rasparnos profundo.
Mientras tanto, el malabarista se mantenía como tal, impoluto, inalterable, hablando a palabras cambiadas, queriendo ser esa bolsa de vidrios que recogían su figura estallada. Nada podía volver a ser, aunque podríamos avanzar. Tu rodilla aún me busca, mi cuerpo tibio recuerda en espasmos esas estrellas.

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me acompaña, tal vez sentado del otro lado de la mesa. se mantiene callado, no dice nada, solo su presencia.
al soñar, lo intrépido se presenta en largas caídas libres, en vuelos que terminaran estallando, no hay ataduras para salvar a este cuerpo que se obstina en lanzarse (al) vacío…
ahí estoy solo en medio del viaje, hasta la última fibra de mí sabe que va a morir, igual lo disfruto.
nada en ningún lugar deja de ser una experiencia a vivir…
ha de ser por el diálogo constante, ella tiene clase, una vez me contó al oído silencios que quise oír, la sonrisa se esboza en lo que quede de final.
películas que duran una escena, otras cien escenas tienen, ambas indefectiblemente llegan a su final…
no he pensado en lo que seria estar detrás de la película infinita, si en lo inmortal del cine.
de mi fugaz, efímero queda el paso de una estela…
aletea una mariposa, vuela ante la primer mirada, escondida en las matas se lanza a volar. esos pasos la perturban, dominando el aire solo los bólidos podrán detenerla, el campo nada sabe de todo esto. la calma hace al ritmo, en la parsimonia de la tarde se hacen extras de cine, estrellas, dibujan firuletes de floreado oscilar, para siempre… un día vivió, sin saber asustada voló a una nueva flor, que se ofrendó entera como espacio de aterrizaje, ese fragmento de miedo fugaz, se transformó en perpetuo, en documento al calor del ojo mecánico que cocinaba escenas en territorio extranjero.
anidan las mariposas efímeras perpetuas, en el desandar de ese pibe… en lo incomprendido de la soledad, maqueto realidades, fue su propio héroe, encomendado a… salvo a un hombre que lo quiere y lo respeta mucho.
encontrando mariposas que ni vimos, vamos viniendo… tal vez todo esto sea un artilugio para encontrar el ojal para ver nuevamente lo que realmente pasa para no suceder jamás, derrochamos aquí y ahora, por eso saltamos al vacío en los sueños y aunque el miedo haga vibrar la cama que se humedece con el agua salitre que se escurre con el aire en mis sabanas…
tomamos envión y ya.

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la velocidad del tiempo vivido, quien vuelve a conectar las texturas a la piel, he respirado, encontré el fluir del agua en dieciocho horas de cama. en otros otoños lo dado eran lanzas al costado, eternidades traspirando y diminutos movimientos en el cuidado, donde estabas ayer, como hice para no verte la otra vez, ¿quién juega a que?

nos mentimos por no recordar que otro era tu lugar y que no dejé de mirar, aunque no era el instante particular…

emprendo el camino, miro sonriendo caminar, he de ser genuino en el pensar.

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nunca mejor percibido el cambio de ciclo, cercano al agosto del año que nos precede…

lo sentí y no había pasado aún (según yo), en lo que respectaba a pararme y sostenerme de pie, abandonar lo restrictivo y volver a salir…

las soledades aspiran a mimar ciertos vicios del solitario, con tanto desamor grupal, el personaje se hizo finito, no tenía fuerzas, encontró resguardo en lugares propios, una chapa arriba y a mantenernos con vida. las diferentes luces no llegaban a mí, y no era capaz de volver a lo que hace bien.

tantos cuerpos imaginados, el lenguaje de la piel se me hizo distante… en intervalos cortos, con una distancia severa. en la rueda que no gira, la vía vida se traba, lo que uno hace no es la excepción.

y nos mantenemos en los bordes, cerca de lo que queremos, de lo que ansiamos, dialogando de a momentos, a veces entramos bailando con los mejores para luego habitar esa orilla.

el conocer la potencia de la acción material en lo que llevamos a cabo, y descubrir la luz, el giro, el quiebre de la acción espiritual en el acontecer del camino, propiciar, potenciar, alinearlas para ser, desordenarlas al jugar…

me hace estar aquí y ahora, con los pies en el aire, contento de pasar por estos senderos…

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cuanta ventana en blanco he dejado para que los borradores sumen números irrisorios, la vuelta al papel, reencuentra el olor a tinta en el aire mientras seguimos queriendo dormir sobre libros…

cercanía al vivra(r) la piel,

cuerpos resonantes consumen sueños

en respiraciones entrecortadas,

el pecho se llena en tu perfume…

sujete tus caderas para reconocerte,

vaya si lo hice…

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robo una mirada al pasar, me alimento de ella… regalo los ojos por el tiempo que quieras, la calle, lo vivo, lo ondulante de mi cuerpo en el mar, voy y vas, olas al azar… me corres con la mirada, si la sostuviera el tiempo que pretendes, nos deberíamos otra proximidad…

pedís mucho, me dijeron con doble filo y no pude ni inmutarme porque suele ser cierto. el paso firme del pecho, la sonrisa y me deshago en lugares propios. creo en cada una de las miradas, en las sonrisas, en la grieta de lo que esta por suceder. expectante me mantengo, podría arrojarme sobre los cuerpos sin el cuidado que merecen tales, uno lee la intención del lugar, a partir de eso lo propositivo, la calma, la espera en el ritmo de la vía vida, de la tierra, agua y barro que nos lleva a nuestra piel, a la sorpresa que insiste en recordar que de a ratos nada es tan luminoso y por más amables que sean esas plantas, nos recuerdan el terror, al ahogo, lo incierto del sedimento, a pasados menos promisorios, a los silbidos de los cuerpos que fueron a dar contra la superficie, para luego encallar y permancer.

las ausencias se trasforman en una presencia rutilante, explicita, un tanto deforme, dialoga constantemente con el presente, con el futuro, indaga, cuestiona e interpela lo tibio en nuestra existencia.

inexplicable el devenir de la palabra, de los cuerpos, de las cámaras en torno a los vaivenes sonoros a los que estamos expuestos, lo que golpea para poner en movimiento una fuerza inmediata, pequeña, poderosa, nos dejamos llevar.

los días dejaron de parecerse, los meses perdieron importancia frente a mí, no así una sonrisa de muchos dientes, un puñado de ojos para regalar y la simpleza en el deambular.

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no sé cual es la cualidad que me dio tiempo, pausa…
el momento visual para entrar en la escena tal cual lo pide, así sobren unidades de tiempo, hoy medida con cervezas, cantidad de tiempo ocioso hasta embarcar, un litro, novecientos treinta y tres, banda punk que alguna vez escribió su hit en el papel, mientras escribía la tele que soñé, hoy flota en el limbo…
no puedo hablar de los desesperados, creo que mi palabra no nos representa, otras formas presentan como tales aunque lejos del papel. el bar sucede coralmente y me doy cuenta cuanto disfruto tomar por asalto esta ciudad, que hace lo que tiene a su alcance por no sorprender, salvo tremendas paredes que rascan el cielo…
«le cedo la inseguridad a la otra persona, no puedo pensar en eso… si alguien quiere sentirse incomodo no voy a ser yo…»
brillar, salmos para la felicidad, nuestra pastora nos guiara.
he llegado un lustro tarde a la vía vida, a veces con gracia, otras con sorna y definitivamente tarde. nunca me preocupo mucho, hay una gran cuota de azar que pienso, no poder manejar… si de alguna manera supiera lo imprevisible, no estaría camino a castillos escribiendo estas líneas.
me creo una masa efímera, modificable por quien la comparte…
son muchos los ojos que me ponen a pensar en un lugar a trazar, de a tercios lo desarmo y lo vuelvo armar.
la chica de la parada, ayer era una, hoy son dos…
mete la cola, su estela.
una distancia separa lo mismo que une, las dos a mí. una es la mítica estampita de gran andar, mirada picara, filo en la lengua que se aparece en la ciudad, no hace más que esconder su mirar, dejarme atrás, ni uno ni el otro puede evitar querer volver a caer…(así engaño mis oídos)
seria fácil no volverte a ver mientras me canso de buscarte en el transitar…
ella hoy esta cerca, aunque dormir es algo nuevo, es nuestro encuentro y la piel nos hace ser, la palabra presenta problemas, he aquí su esencia.
hoy mantengo silencio en ciertos tramos, hablo en libertad de andar, en el cielo parecen combinarse ambas y ser…

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te encontré una noche, como tantas otras malogradas, me acerque a tu oido… mañana te paso a buscar para huir ha algún lugar, el auto no me sirve hablar del auto, utilidad. puede que llegue tarde.

estaré enojada.

te voy a dar un beso para que se te pase, le dije (mientras imaginaba como le besaría la mejilla)

ella se estremeció, por lo dicho y por el beso imaginado. su cara desencajada de esta realidad sonrió, podría tirar edificios con su fuerza, lo sabe, nunca reacciona como se le pide, esta alineada con lo que quiere, loca, quiere que la saquen del casete, del play, de escuchar  todas las noches, le busca la vuelta, alguien trata de romper el molde y a veces ella le cree…

genera el revuelo que quiere, busca en lugares rasantes, no le importan los techos, la chatura, si la repetición constante, que la traten de minita, que le hagan caso para complacerla.

unas veces no estaba ahí (y cuantas más),

huí entre multifaceticos colores.

Mis ojos brillaban y tu pelo platín,

iluminado con el haz de luz negra era lo unico que veía,

tus dientes aparecían solo cuando sonreías,

hable retrocediendo si ha eso se le puede decir hablar.

me miraste, me fui…

en un tiempo atrás entendimos que nos íbamos a encontrar, no lo hiciste fácil, entendes el porqué, también lo veo y callo, he intentado no ser el boludo de turno, aunque el número que plante en escena no era muy vistoso y ahí te vas con la puerta abierta de par en par, pateando lo muerto…

una carta en la manga del sueño, no despertar de mañana viendo la noche que paso… en la distancia de una imagen que no se construye porque a lo unico que me atengo, es un tobogán y da una sola respuesta, desde lo encumbrado de la noche…

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bellas en sus fotos de escena, no hay a quien no le doble las rodillas a sus pies…

estuve cerca de sus tobillos y esos besos eran reales,

cuan poco duro en la idea de mantenerme a tu lado.

puede que tenga que ver con alguien más,

con la idea de subir a todo tren que pasa,

puede que tan solo no quiera seguir a tu lado,

por qué se esfuma las luces que tiro sobre vos

puede que no tenga que compartir caminando de lado,

me hice pequeño en la idea y en el despliegue

puede que tenga miedo a estrellarme,

el gurú dice que ahora me toca sufrir, y ante eso no paro de huir,

puede que una vez más las langostas te deboren,

no las conozco, pero podría jurar que viven a mi lado…

escribir lo ya sabido, lo ya escrito, rescribir solo sirve si es sobre nuestra piel y hoy no estamos ni cerca, por eso no alcanza… donde las ilusiones mueren la nada danza, y en el encuentro de los cuerpos, las intenciones mandan… que hacer con este yo que no cede un metro, ser fiel a las intuiciones, o a las realidades… te fuiste, te vas, no te encuentro, trazo lineas a destiempo, cuando haré coincidir el espacio tiempo, con la idea, ella, su idea, el tiempo en su espacio…

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al fin y al cabo no dejo de ser ese pibe… como explicar algunas cosas que no son más que un desprendimiento de eso, de simpleza, de como tomar lo que viene, como atenderlo, y de que manera despacharlo.
esa es mi carta de presentación aunque nadie la lea, soy el pibe que termina los vasos de jugo de tu fiesta de aniversario.  juntando vasitos de plástico cuando ya nadie queda…

estoy a tu disposición, aunque no lo veas,
jamás supe traer al día,
y en instancias de lucha
vampiros nos vieron transpirar…
nunca estuve al llamar,
e invocar la alarma de lobos
para lo histérico en mí
era perder tu lujo,
las piedras esmerilaron
formas, carnes, luces,
así se me da la cosa.
con mi hermana viviendo en el jardín,
encuentro sus ojos, en pasaje efímero
se va en otras caras, te pienso por punilla,
en esa fantasía de barrio
que no llegue a contarte,
ya que no estuve ahí otra vez
desapareciste en el río de los días,
la ciudad mantiene en sombra encuentros,
solo me permite verte,
en esos otros rostros que me no sonríen aún…

Juan 011

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tengo la posibilidad de elegir, el momento, la pausa…

la mirada de leono a través de la espada, veo unos metros antes, no ataco la realidad solo veo como moverme en ella, menos contingencia que los felinos.

al saber lo que quiero, o lo que no, que suele ser lo que nos determina, actuó o solamente paso de mano, puede ser póker o tener cartas en la mano, hay momentos en que sin alzar las cartas de la mesa sé y eso determina muchas cosas, no creo que sea igual que no saber, que ser interpelado, corrido, apedreado, simplemente nos construimos interactuando, si no sucede y veo la ruta unos metros adelantados el auto se maneja prácticamente solo, he aprehendido a no chocar, la cintura es mía, si quieres algo de mí pídelo…

es una época en la que darte algo significa desprenderme de ello, arriesgar la piel hace que esto valga la pena, el resto esta lejos de mí…

no sé que es lo pregnante en esta vía vida, como el hoy hace que las personas se mantengan aquí al lado… las compañeras se dibujan caminando, no siempre encuentran ahí un lugar, desplazo por no ver, por no sentir, por no entender a que darle tiempo, que habría de suceder… y eso no me lo dio la espada, tampoco tu caminar, menos mi falta de pausa.

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mañana de viernes, he dormido pocas horas. luego de viajar de cordoba a villa rumipal, me encuentro en la biblioteca del colegio secundario (Gustavo Rieman). Sobre una de las mesas de trabajo, esas anchas, un apunte de contratapa marron descanza sobre la mesa. le doy la vuelta, parece ser que se trata de Los Versos del Capitan de Pablo Neruda. Abro al azar y aparece lo siguiente, que más decir…

El inconstante de Pablo Neruda

Los ojos se me fueron
detrás una morena
que pasó.
Era de nácar negro,
era de uvas moradas,
y me azotó la sangre
con su cola de fuego.Detrás de todas
me voy.

Pasó una clara rubia
como una planta de oro
balanceando sus dones.
Y mi boca se fue
como con una ola
descargando en su pecho
relámpagos de sangre.

Detrás de todas
me voy.

Pero a ti, sin moverme,
sin verte, tú distante,
van mi sangre y mis besos,
morena y clara mía,
alta y pequeña mía,
ancha y delgada mía,
mi fea, mi hermosura,
hecha de todo el oro
y de toda la plata,
hecha de todo el trigo
y de toda la tierra,
hecha de toda el agua
de las olas marinas,
hecha para mis brazos,
hecha para mis besos,
hecha para mi alma.

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no es una lechuza aunque aguarda por mí, gira a mi paso y hace cierto ruido en la noche que me hace mirar a la copa del árbol…
la chica coreana aparece en fragmentos de su mirada, lo que se dibuja en el disco de pasta son temas que van a sonar… cuando nos hayamos ido, queda el aire cortado por nuestra estela, nos debatimos en pequeños encuentros, de a ratos, ni siquiera alcanzan el lugar de reales… ahí intentamos seguir, en el peregrinar de la búsqueda, en esta escuela las relaciones no duran tanto como los planos, o si, pero los cortes directos estilan las directrices del montaje.
me sigue mirando, desde esa copa. no regala su mirada en vano, he de encontrar las lineas a ver, acercarme de a momentos no es fácil, una vez besaste mis ojos, el lugar para dormir era por ahí cerca… no hice más que caminar calmado en mi mejor movimiento, callar…

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a los hombres creyentes, se le pregunta por su dios, de que manera encarnara la salvación…
si el hombre es ateo, cree en la noche, solo se lo acompaña en su eterna vigilia, a la espera del sol…
hemos transitado de rodillas la noche,
golpeado,
a látigo, arrastre hasta mi cama,

hoy duele saber más y la noche sigue creyendo en mí…

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la posibilidad, el estadio imaginado en el suceder de los cuerpos…

encontrar marcas, detalles hablan y dan rienda suelta, al quehacer, a la acción o a la omisión.

disponemos a partir de sentir que nos devuelve la realidad, lo ajeno, ella, tu cuerpo, el diálogo con lo mío, trascender el pensamiento, ir a las texturas que se nos proponen, hubo un vértice donde nos separamos la idea de uno, y el cuerpo en pos de nada más.

el árbol se fue podando a los tirones, bruteado sin la delicadeza de la salvia, de los nudos, no hubo dedos verdes, ni reverdeceres que propiciaran un viraje…

los limites, paredes de ese laberinto que venia en fiebres, propiciaba largas corridas desesperadas, escapando del acero inmenso, de esas esferas y la risa… chocar, los tallos cortados al nacer, perdí espacio en mi. deconstruí más de lo deseado y ahora acopio materiales, intenciones y me acerco al hachero, que me encomendé ser en otro tiempo…

redes, raices, arboles, telarañas que necrosan el viento al momento de aquietar, sin saber a que adjuntar este cuerpo que impávido camina la vía vida y en la ingenuidad… a veces solo pierdo…

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a locura de los imperios que nos lideran, los hombres que toman la vanguardia en el curso de la historia…

unos montan a caballo para defender lo que creen justo, así se equivoquen apuntan a la verdad (su verdad). en el misterio de los días avanzan sombras, tras las nubes que cortan al unico rayo de luz que me acompaña…

ni tanto, ni tan poco… en la desidia me decido a usar una frase hecha.

florecer en la primavera sin darnos cuenta de ella, o ver el reverdecer sin poder participar en el…

tan claro hacia allá, desprendo de mi, lugares, oficios, enfoques, intensidad de luz; sin siquiera pensar en color, calidad y dirección…

lo efímero en mí. me disuelvo en el aire frente a todo… desvanezco, mi cuerpo sabe de la presencia de otros similares a él, los mira a los ojos firmemente, no siempre leernos da pie a que suceda, o casi nunca estoy ahí, a donde pasan las cosas; o simplemente ahora desfaso la imagen de lo material…

en lo irresoluto de la representación ficcional, miro mi vida transcurrir… en otros cuerpos, simplemente otras flores, vergeles donde nos irán a buscar, no queda rincón en el cual elijamos no estar… solamente escribo a que suceda, en películas que fenecen antes de amanecer…

si las fuerzas del suceder van por aquí, cuan imprudente soy al mirar hacia otro lado…

no hay paso que no determine una elección, un momento mirando hacia aquí dará la reflexión.

una noche de agosto pense enfocar mi luz, y falto paciencia, energía, en el sentir presentir y actuar en consecuencia, si mis pasos dicen a donde iremos a parar, por más lejos que quede la patagonia comenzaremos a caminar, cuanto estamos preparados para dar, en el camino de lo real, cuantas capas de tierra (esa volátil que anda en el aire, desprovista de vida) nos iremos a sacar de encima. nono viene a contramano y esto pierde explicación.

miramos con los ojos ardidos a la realidad, no esperamos mucho de ella, al igual que tantas otras cosas. nunca dejamos de observarla, pensarla, ni arrebatarle un par de jornadas…

un día de estos recuperaré el cuello para el pueblo, como también renacerá el lugar donde dormir sea un sueño… hay frases que se cruzan, y no encuentro el antidoto a mí mismo.

pasos agigantados hacen que los lugares no avancen, y mi resistencia parece tener que ver con más paredes a romper.

si la frente hubiese sido victoriosa, pretenderíamos hablar de otra cosa… cuantas palabras que tratan de explicar que debo desaparecer una vez más en mí mismo, atomizar todas las células que me contienen. disolver una vez más y el estado gaseoso que nos contendrá, será unidad frente a los demás…

o simplemente pararme enfrente y comandar el lugar al cual ir, sin temer más por nadie, haciendo de lo efímero un lugar…

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el mundo se aquieta, y la voz retrae para dormir hoy, los despertares serán tan solo eso, un lugar de combustión, esa primera ignición más sincera, despojada de forma, tratando de echar a rodar a este carro, al cual la vía vida le hace transitar estados en ciclos…
no hay culpas, no hay pensamientos, solo hechos… allí habla el cuerpo, más que con las palabras que insisten en ir delante de todo.
fue por buenos aires, de noche, momentos próximos,  el poder de la forma, la sonoridad de mi voz en el aire, ese oído que permitió la grieta, la vi aunque ya no quedaba fuerza ante tanta «hostilidad»… y bue, decantamos en otro camino, con premio sin mayores vínculos…
a rodar, en el ciclo de cambio, de un tiempo a esta parte, es lo destacado a coronar, sabemos un par de cosas y las guardamos en el altar…
de días mejores vienen bajando canciones para bailar…

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