Que culiado, Domingo que despedida de mierda. Cual es la posibilidad tuya, tuya de disfrutar todo lo trabajado. No creo que sufrieras tu vida. Es más, llamaste, la sublimaste, te montaste en ella, como si no hubiera finitud. Que culiado gordo, que ganas de romper todo, todavía nos faltaba una película. La Célica, camino a Córdoba (también una Giulietta, como la tuya). Con la historia llegando a despeñaderos y el revolver rozando la panza del policía. Ya fue, llego con todas las películas tarde. El cineasta de los biblioratos. La tristeza del archivo. No voy a escribir cosas vaticinando el futuro. El negroni besa mis bigotes, ella esta en mis pensamientos(y en el pasado). Este viernes no termina, el sábado dice que te rescates y reconozcas que al menos algo termino. Ingenuo, me mantuve en este panorama. Ni siquiera pude prepararme para verlo venir. Este momento era la presentación del final. Todavía estabas con vida, en esa cama complicada. Cuando tu corazón no parecía un problema paradójicamente. Que se le va a hacer, te puse un poco de whisky en los labios, pensando en esas últimas cosas por compartir. Hasta con esto llegue tarde. Donde esta la irreverencia propia dentro de una terapia intensiva. De que manera conectamos con ese momento de fuga. Quien nos preparó para esa instancia, mira que uno se cree dinámico y con la plasticidad para llegar. La no respuesta se transforma en demoledora. La presentación al momento de la verdad también. Influenciable, veleta, juntando fuerzas donde existan, uno no sabe bien donde. Toda la secuencia de inicio me sentí sin entender como proceder todo el rato, era una herramienta. Aguante la intranquilidad del conocimiento de la Pepa. Nunca pensé que el principio del final de Domingo seria en una clínica que no tiene el estatus de hacer un aborto, ni un granero. El granero al menos tiene alguien que sabe que hacer frente a una emergencia. Dejare de perder tiempo en esa gente y clínicas que no lo merecen. Me quedaré con la última bigoteada, esa especie de sonrisa, en el medio de todo el resto. En ese momento no estaba para llorarte, tenía fuerzas que hubiera un después. No fue así, podía pasar. Lo sabía, no me sorprendió. Los sonidos de las maquinas interrumpen mi soliloquio que no dice demasiado, pude ser más epidérmico, como me dicen las Panzas, que monologuista. No lo hubiese arriesgado a priori.

El whisky decrece a mi lado. Pude encontrarme con el llanto, no era algo que ocurriera. Nunca me sentí un superhombre para no llorar. Pero había algo en mí que no lo terminaba de dejar suceder. Creo que me faltaba perder un padre para lograrlo. Muy mala manera de destrabar una habilidad. Al final uno casi nunca elige una mierda. Aunque mejoremos los encuentros. El resto es discurrir entre lo que nos pasa. Soy un sujeto de acción, como si fuera un playmobil anarquista. Creo que Domingo era una cosa parecida, se parecía más a un auto todoterreno, con un espíritu gitano y esa italianidad demasiado determinante. Le hemos corrido la vara, ha costado. Me ha corrido la vara. Ningún vasco discute solo dice Juanjo. No sé bien cuando, ni como. Pero nos transformamos en cinco unidades pensantes con mucho por regurgitar. Las coincidencias existían, pero eran siempre más importantes las argumentaciones en tensión. Eso me enseño a pensar, no sé cuándo se desarrolló en primera medida. Pero creo que desde siempre pude hablar de lo que sea. Esa fue mi escuela de la mesa familiar.

He dotado a mi discurso de una cantidad de mentiras impunes, aunque no le puedo endilgar eso al resto. Pero los ardids argumentales son de este seno. Había que ser realmente bueno para llevarse una victoria al cuarto, o mismo una victoria para terminar en la calle de caravana. Me canse de perder, mi libertad fue eso. Encontrarme con la posibilidad de hacer y la aproveche, para eso tuve que dejar de pensar en gente que quería. Porque ese Juan debía transformarse. Encontré muchas cosas en este camino. Hasta a Domingo. Me da la sensación de haber logrado un respeto desde otro lado. Hoy a doce días de que Domingo se fue y eso es todo. (recién puedo publicar hoy)

deslumbre//después

si algo pequeño se rompe,
que piezas del dominó tumba,
estas, no están ordenadas en fila,
se inicia azarosamente
un camino incierto,
el propio.
si esa complicidad se esfuma,
aparece la tristeza.
no sé que rompí,
tal vez nada al fin
solo la falsa ilusión de las luces
que deslumbran una vez más,
Hacías bien, sanamente miraba de frente.
El agua tan real
y nado firme, en la bruma
ese canto de la sirena,
al que perseguía,
en intervalos donde mi cabeza
salia del agua.
Di muchas brazadas sin a respirar,
al salir la voz no estaba.
En medio del mar, flotaba…
sin costa, sin rosa de los vientos,
esperaré a las olas
una vez más me llevaran a la orilla
o simplemente me hundiré sin que nadie vea.

Escuchaba esto cuando lo termine de corregir.

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No suelo ser siempre así, pero igual lo intento…
Despego al abstracción,
en soledad sin hacer de los puentes
un flujo cotidiano,
con la potencia del talento,
poder dar más
y ser un poco de las demás personas que uno quiere…
Soñé q acariciba tu pie,
en el momento descubri que te tocaba la planta,
sentado a tu lado,
de costado te agarraba el empeine,
me sorprendi haciendolo, te pedí perdon.
Estabamos cerca, lo celebre.
Tu proximidad es un regalo,
breve conexión nuestra.
Ya vuelvo dije a la oreja.
Desprendi de el momento,
camine sintiendo el viento en la cara.
Nadie me mira directo a la cara,
y mis ojos estrabicos
buscan complicidad…
No lo logro,
esta ida al baño, no deja de ser solitaria
esa bisagra,
hasta que te sentaste nuevamente junto a mi.
Regresaste y susurraste
tengo un porro.
El encededor ilumino su cara,
me hablo y dijo,
cada calada que haga,
apoyara sus labios contra esta boca
y hara conmigo lo que quiera.
Dandome el humo de la marihuana
fumada recientemente,
por ella.
Perdidamente entregado a su vehemencia
decisión y predica.
El religioso que habita en mi es lo sufiencientemente pagano,
a leer la biblia,
a seguir rezando lo que aprendio,
a sostener una practica religiosa sostenida en el tiempo.
Así solo te enfrenta, confronta e indigna,
la practica ajena.
la bola que nos persigue y nos pega especialmente,
aunque jamás nos estuviera buscando.

Si…
estoy perdiendo de algo bello,
a cada momento.
pudiendo hacer mucho, escribió ella,
no haces nada,
y me conquisto.
en movimientos torpes,
calores inesperados
desesperado por atrapar la sorpresa,
el aire me golpea en la cara
y me pregunta.
¿en serio? ¿atrapar la sorpresa?
son las olas
las que nos revuelcan de felicidad,
danzar al son, sin saber lo que suena,
reír a rabiar,
discutir a los gritos,
con toda la italianidad
que escapa a mi control
correr como el potro de Quiroga,
beber como Espósito de Abelardo…
drogar la sangre,
así las palabras
cuestan al brotar, ahí donde
esos limites se desdibujan
ser, ser lo que queda en pie
caminar a cuesta de se dulce baho
malicioso que seduce,
festejada la vida a cada acto,
dejar que la sorpresa suceda
cada tanto sacar un carta
y jugar,
he roto, juguetes, proyectos
hasta mi propio cuerpo…
si,
se han ido de aquí
mujeres que valían cada segundo…
y aunque las perdí,
en los mismos azares de la vida…
a donde pierdo todo,
rápido, apurado, al galope
sin cuidar la carga
jugando fuerte,
sabiendo que las cosas a veces terminan.
no hay mejor manera
de afrontarlas
que siendo uno.
el reinventarse implica
hacerse cargo de la ansiedad
de querer tener el tablero,
jugando a favor.
no siempre se da,
menos en esa velocidad.
como cada vez, lo posible se arma y se desarma
entre posibles respuestas
no nos negamos a ninguna de ellas
solo que algunas ilusiones,
raspan más…

a toda luz, estos ojos

Hoy me entró un fantasma por los ojos.
Me agarro dormido, me asuste, sobresalto mi cuerpo en una sala oscura.
Las escenas se sucedían, una a una en la pantalla, respiraba.
Quiero que me siga pasando,
ir a ver la bandera de los barcos al muelle.
Amanecer, a tiempo para encontrarte esperando luz.
Cuando el sol asome en la playa. Tus piernas largas recorten los rayos que pegan en mi  cara.
Este cuerpo se ve, en la oscuridad permitida por esas ventanas, siendo de día.
Me gustan tus pantalones, polleras, vestidos…
Lo magnífico que pasa cuando se corre el velo, veo tus ojos.
Tu sonrisa.
Es la manera de verte.

congresos

drunk issues

tengo problemas de borracho,
listo,
lo dije.
hace cuanto vengo caminando con estas palabras en mi mente,
al parecer no son de borracho,
recién me anoticio
que simplemente no estoy lo conectado
mi parte emocional
las decisiones de lo que me hace feliz.
reviento mis dientes, por cobardía
reprimiendo todo lo que quiero y no hago,
la bebida enmascara,
parece la causa, jamás lo es,
se bebe en felicidad…
en desgracia,
pero cuando es para no saber que es lo que pasa.
no indagar lo que hay atrás del velo
la coraza,
el simple palpitar del colmillo,
pide por estas palabras.
siento descomprimir mi mandíbula,
al leer, sé que es lo que me pone en esta situación
necio no soy y el calor baja como un bálsamo.
a dar vuelta la página, a dar rienda
a tanta cosa maniatada.
en que momento le tuvimos tanto miedo al silencio,
para llenarnos de ruido
cual fue el tronar,
para no querer escucharme más
tuve que dilapidar meses, hasta años.
correr los limites, destrozarlos
trozar mi integridad
explorar mi idiotez
encontrar cierta identidad en lo que queda en pie.
a veces no es más que lo poco que recordamos ser,
ahí voy encontrando un minúsculo átomo
sobre el cual hacer equilibrio,
construiré futuro.
le daré paz a mis dientes,
identidad a los deseos
y cuerpos a mis sueños…

 


escrito en dos cuotas…

hoy encontré este regalo que destrabo algo. Libro aquí.

recién ahí accedí a pagar la segunda cuota.

 

 

El conde Leinsdorf

EL HOMBRE SIN ATRIBUTOS 

» Nicolas Truong – Dans votre ouvrage Conditions vous récusez certaines idées tenaces notamment la conception du sentiment amoureux comme illusion, chère à la tradition pessimiste des moralistes français selon laquelle l’amour n’est que «le semblant ornemental par où passe le réel du sexe» ou qui considère que le «désir et la jalousie sexuelle sont le fond de l’amour». Pourquoi critiquez vous cette conception ?

   Cette conception moraliste appartient à une tradition sceptique. Cette philosophie prétend qu’en réalité l’amour n’existe pas et qu’il n’est que l’oripeau du désir. La seule chose qui existe c’est le désir. Selon c’est conception l’amour n’est qu’une construction imaginaire plaquée sur le désir sexuel. Cette conception, qui a une longue histoire, invite tout un chacun a se méfier de l’amour. Elle appartient déjà au registre sécuritaire, parce qu’elle consiste à dire : « Ecoutez, si vous avez des désirs sexuels, réalisez-les. Mais vous n’avez pas besoin de vous monter le bourrichon avec l’idée qu’il faut aimer quelqu’un. Laissez tomber tout ça et allez droit au but ! » Mais dans ce cas, je dirai simplement que l’amour est disqualifié – ou déconstruit, si l’on veut – au nom du réel du sexe.

Sur ce point, je voudrai faire état de mon expérience vivante. je connais, je crois, comme à peu près tout le monde, la force, l’insistance, du désir sexuel. Mon âge ne me l’a pas fait oublier. Je sais aussi que l’amour inscrit dans son devenir la réalisation de ce désir. Et c’est un point important, parce que, comme toute une littérature très ancienne le dit, l’accomplissement du désir sexuel fonctionne aussi comme une des rares preuves matérielles, absolument liée au corps, de ce que l’amour est autre chose qu’une déclaration. La déclaration du type «je t’aime» scelle l’évènement de la rencontre, elle est fondamentale , elle engage. Mais livrer son corps, se déshabiller, être nu(e) pour l’autre, accomplir les gestes immémoriaux, renoncer à toute pudeur, crier, toute cette entrée en scène du corps vaut preuve d’un abandon à l’amour. C’est tout de même une différence essentielle avec l’amitié. L’amitié n’a pas de preuve corporelle, de résonnance dans la jouissance du corps. C’est pourquoi elle est le sentiment le plus intellectuel, celui que ceux des philosophes qui se méfient de la passion ont toujours préféré. L’amour, surtout dans la durée, a tous les traits positifs de l’amitié. Mais l’amour se rapporte à la totalité de l’être de l’autre, et l’abandon du corps est le symbole matériel de cette totalité. On dira : « Mais non ! C’est le désir et lui seul qui fonctionne alors.» Je soutiens que, dans l’élément de l’amour déclaré, c’est cette déclaration, même si elle est encore latente qui produit les effets du désir, et non directement le désir. L’amour veut que sa preuve enveloppe le désir. La cérémonie des corps est alors le gage matériel de la parole, elle est ce à travers quoi passe l’idée que la promesse d’une réinvention de la vie sera tenue, et d’abord au ras des corps. Mais les amants savent, jusque dans le plus violent délire, que l’amour est là, comme un ange gardien des corps, au réveil, au matin, quand la paix descend sur la preuve de ce que les corps ont entendu la déclaration d’amour. Voilà pourquoi l’amour ne peut-être, et je crois n’est pour personne, sinon des idéologues intéressés à sa perte, un simple habillage du désir sexuel, une ruse compliquée et chimérique pour que s’accomplisse la reproduction de l’espèce.

Alain Badiou, Eloge de l’amour, Flammarion 2009

de que estaremos hechos

a lugar,

momentos transitan de a uno,

no a lugar,

al recuerdo…

vorágine desmedida de vida

se me desprende la piel

quiero taparte con ella,

esperando que el verano sea piadoso

los fantasmas esperan,

los monstruos acechan…

estaremos hechos ¿para saber decirles que no son ciertos?

escritos al futuro…

Soy un hombre despojado de objetos corporales. Se me cayeron los anillos, los aros, las pulseras, los dientes; perdí lo accesorio de la vía vida. Deje de saber que querer elegir en el momento de encontrar.
Sumergí la cabeza en el mar y vi tantos colores que ya no supe optar.
Me mire a tus ojos una vez y supe mucha más, no arriesgue lo suficiente  para mantenerte aquí, quiero saber, quiero entender que puedo volverte a encontrar.
No sé cuando dañe, ni con qué, pero sabrás perdonar, el paso impávido que una vez supe desandar.
Cuanta rima funesta habré de escribir para volverme a acercar, puede que no haya palabra en tinta que tuerza tu voluntad, no exista agua de lágrimas a derramar. Sé que encontrarnos depende de una vez y lo defendamos en ese para siempre que es el hoy de la trinchera. Me dejaras, me robaras el corazón, para alejarlo con tu mano. Presumirás, y escupirás a tu paso el hecho de haberlo logrado, el presagio será cumplido y estaré contento de haberte amado.
Pequeña, ojos brillosos te confundís en la bruma, respiro pensando en el lapso que dejaran los baches de lado al volverte a encontrar. Espero estar a la altura de tus circunstancias. Mando un beso al futuro desde este jueves 13 que aun no amanece. 13/03/14

El conflicto básico es entre dos valores que son equitativamente deseados, pero muy difíciles de reconciliar. Uno de los valores es la estabilidad, la seguridad y la certeza; el otro valor es la libertad. La libertad de poder experimentar, cambiar algo en la vida, mejorarla, criticar la condición alcanzada y querer modificarla. Ambos valores son necesarios porque la seguridad sin libertad es simple esclavitud, y la libertad sin seguridad es absoluto caos, la imposibilidad de hacer algo. La libertad absoluta es una pesadilla. Por lo que se necesita de ambas, pero la pregunta es cómo reconciliarlas, cuál es la medida, cuánta seguridad y cuánta libertad.
Zygmunt Bauman

http://www.perfil.com/internacional/Zygmunt-Bauman-Ser-populista-no-es-siempre-malo–20150809-0067.html

una vez mire a la distancia,
tenuemente levantabas tu mochila
golpeabas tu palma,
al caer todo estaba por ser
de largo día, y correr en la ruta,
la ruta, tus niños y yo…
Dejaría esta camisa,
la dejaría un lunes a la mañana
tu voz impotente calla, esa mirada camina la plaza
camino a unquiio mis pasos,
ese día en que nada podrá despertar,
de que, en que manera se hace
si, solo si, no me miras,
otra vez empezare a escribir la soledad,
si te vas, te vas en el tiempo.
o me dejas para ser
eso que temías que fuera,
a cada rato en el profundo azul
que me propone la vía vida…

tierra

Cantidad de tierra tienen las cosas,
el antebrazo
no hace más que arrastrarse en polvo,
los dedos
encuentran áspera la superficie plástica,
la mano
se jacta de escribir sobre tierra,
cada trazo,
lo que he perdido.

un día volví al agua
la velocidad del cuerpo atenuó
al ritmo de las ondas
Preferí nadar…
mucho para frenar,
mire demasiado para ver;
el instante nos presenta
sabremos si, sabremos no
ojos picardía límpida,
labios de frescura temblorosa
las manos prestas
sonrisas distraídas con el mundo delante.
Me dirigiste al futuro,
quise que lo sintieras al instante
en la noche caminábamos calmos,
no seria un colectivo cualquiera
el que se iba
menos aún el que tomaría…

una vez te vi a la orilla del fangal y estuve mal. imaginaba en futuro, las imágenes se repetían hacia atrás. cuatro tickets me sirven de recibo, aquella primavera la vivimos. respiro fuerte al calmarte, mantengo el ritmo, lo hago un poco más lentamente queriendo tranquilizar(me)te…
Te abrazo fuerte y profeso la calma, raramente, puedas escuchar. Algo cruje, la música no logra taparlo. Solo recuerdo el vacío de la sala de espera, los cuadros con esas tipografías serif con cuerpo grueso, principios de las noventa enmarcados en estructuras de madera y un panel pesado sobre la superficie. Una radio quiere ganarle protagonismo al silencio, a la soledad, pero principalmente al vacío.
Me levanto desde el sillón de cuerina negro recto que se encontraba junto al pasillo, cruzo hasta el primer escritorio, paso al otro lado y un radio casete pequeño emita LV26 hecha una bola de sonido. De rodillas busque remplazar el dial ese sábado que nada me ofrecía, nada ofrecía el aire de Hernando. Cuando la FM y AM no me dieron opción, me incorpore ya con el silencio conquistado. Cruce la sala y esta vez me sente en un banco para tres, con las patas de metal herrumbradas y la cuerina rota al medio, el relleno no estaba ni dentro, ni fuera, en esa pelea no estaba el blanco ni el negro.
Solo me sente mientras el cielo gris reza la espera. Al mirar una puerta placa de madera. No pude estar con vos, ni con tu sufrimiento, tan nuestro.

in-consciencia

hay veces que realmente me siento claro, encuentro las palabras a decir, mayormente lo veo a la distancia y en eso me siento claro en el pasado…
hoy encuentro inconsciencia en las cosas, en los actos, en lo que hago, casi siempre viniendo desde la acción, sin saber el camino que implica el propio paso.
puede que trate de escuchar otras cosas, que no trate de manejarme con la información de los demás… que lea lo que pueda leer de cada situación, que avance en pos de los caminos, que mantenga la intuición lo más cerca de las manos, puede que eso me mantenga en el avatar de lo que va a suceder y obre sin medir, y como en los sueños solo pretenda volar, volar lejos, tirarme de ese edificio sin más, volar hasta encontrar el límite del piso, la tierra, desde niño ese balcón me invito a tirarme doscientas veces, despertándome la mitad, la fiebre y el delirio acompañaron toda mi infancia… hoy los edificios, las montañas, los aviones me invitan a abismos, a vivir la caída libre sin más, a no pensar en el límite de lo inevitable… y como dice sol, lo preocupante es que no tenemos miedo…

casi diez minutos estoy atrasado con la realidad, es tan dudoso todo que se contabilizan por veinte… le gano en ciertas ocasiones, lo maquillo en verdad, juego cartas al azar y salto lo posible, lo imposible y de lo real queda poco porque intoxicado pierdo la fama, el poder, solo mantengo la suerte que gratamente al igual que la soledad mantengo a mi lado, un maldito solitario con suerte…

si algo me ha de salvar de mi propio boicot, es la gente… el día a día se empeña en abrazarme a grandes personas, tienen para dar lo que me falta y me enseñan en columnas en las cuales el déficit es muy grande… una palabra para cada oído, una puteada bien dicha, un abrazo de esos que crujen un poco los huesos y muchos gestos de cariño que le piden a mí nemesis que no atente tanto contra mí… con cautela me abrazo e intento, que ambos planos se mantengan próximos, peregrinaré, peregrinaré en busca de la pacha, para devolver al compañero de los años, al que me abrazo en el borde, no me puse tanto talco, no lo esquive, veré de dejarlo de donde es y seguir, fuiste compañero de ruta lo supe al ver…

te doy un adiós, tal vez tres…

me salieron al cruce un montón de escritos, tuyos…

no pensaba tan caros a mi presencia,

tomaste entidad, en la distancia,

te pudiste construir en soledad

a lo lejos,

no nos pudimos abordar en momentos próximos…

ya te siento cercana.

ese sol que ven tus ojos acariciar rostros,

sonidos que escuchas y apretados en una cantidad de palabras, se desdoblan para llegar…

los abrazos, la noche, la danza por dentro,

hemos recorrido tanto con tan poco

o por lo menos eso es lo que siento que pude darte.

había escrito un papelito por aquí,

ya no lo encuentro…

decía algo como esto que te cuento a continuación:

me siento un cobarde, no logro dar entidad a las historias a las que le abro la puerta

tanto en la vía vida como en el cine…

(creo que lo que rezaba el escrito era diferente)

agolpado de historias posibles, a veces no desarrollamos ninguna,

ni el papel, ni la calle, ni la cámara posibilitan destrabar la realidad de cada lugar…

no fueron los tres besos,

no fue ella,

me parece que simplemente soy yo…

(el cobarde)

vericuetos (fragmentados)

debo, veo, necesito,

puede que sea una parte que esta en mí,

solo necesito escribir…

si a la distancia solo se le parece un mar,

de que manera salimos a jugar…

no te pierdas, no me pierdas

en tanta sal,

me fui,

puede que tan solo sea en parte,

cedí al impulso de darte cierta razón…

encuentro que escribo fiero, apurado, con una prisa que no llega a ritmo, oraciones que terminan una palabra antes de la coma. el desfajase es constante, el lugar que ocupa cada cosa puede ser pulido en cada relectura. aunque no veo la posibilidad de reformular ciertos textos automáticos. son flechas al frente, lanzadas en lo alto. pretendiendo que surquen el cielo y se mantengan en el aire lo más posible. los que tienen alma a veces lo logran. crecen con uno, te acompañan en el desarrollo, aunque parece que siempre te están dejando, yéndose, se mantienen cerca, toman giros inesperados. funcionan análogos a los amores. como los amores analógicos de los que no huyo, de donde no me sacan a los tiros sin querer, ella va a seguir sin saludarme, yo sin estar ahí para contenerla. la ciudad y sus ojos se confunden. no fue lo mismo la última vez, eras un fantasma que ya no perseguía, como buen fantasma te mantendrás aquí, charlaremos con los edificios que nos contuvieron. la rabia en tus ojos de dulce terminar ya no podrían mirar, me hace a un lado de su vía vida. le contaré a tu fantasma los cuentos ilusorios sobre futuros a los que nunca me anime, le dire en confidencia de lo apurado que voy en este procesar. solo me alcanza el tiempo para escupir los huesos uno a uno. y en ese mirar no hay pausa. me tomas de la mano puedo saltar del carrusel en movimiento. solo respirar a tu lado es lo que falta. habré querido llevar cada amor hasta su final, devorarlo, automatizarlo, leerlo, amarlo, saludarlo a mi lado. no correr con necesidad.

Córdoba permanece impávida en este despertar de la semana, dios duerme desde hace mil domingos y camino con gastón en dirección a la plaza colon.  Dumesnil hasta castro barros, camino y los primeros diálogos de la mañana se suceden, el mate descansa en nuestras manos mientras ese frío viento nos pega de frente. La mañana no abandona lo arduo de encarar la calle sin un café corriendo por mi cuerpo.

El abrigo parece poco, el pelo se tensa en mi colita, el cuello de la campera ahorca. Se están haciendo las diez de la mañana y avellaneda se hace puente, una larga cola de gente hace fila en el anses, las charlas en torno a la reunión que vamos a asistir concuerdan. Sigo sin encontrar razón para estar levantado. Cruzamos rioja frente a la mirada furiosa de un par de cobanis desde arriba del móvil.  El piso, la gente esperando el bondi, la publicidad de esa panadería ocupa la mirada antes de llegar al kiosco de tacheros , en este día gris no hay mucho publico en la barra desayunando. Llegamos a la esquina, pasa un auto, cruzamos entre otros dos, piso la plaza colon, primero que gastón.

Levanto la mirada, veo una chica venir a la altura de la fuente, vuelvo la mirada a mi compañero mientras no para de hablar, vuelvo la mirada al frente y ya no la puedo sacar de vos, te veo con ese pelo que imagine siempre, y que nunca dejaste de teñir, que siempre me gusto. Traías un rostro de mañana, la mirada esquiva al piso, cabeceando un poco, trate de buscar tus ojos durante esos tres metros que me encontré con vos, no querías, ni ibas a querer, huiste de ahí…

De ese encuentro en la ciudad que tanto pensé, tantas veces en el imaginario me viste y no era yo, tantas presencias me saludaban entre el cemento, tantos ojos rasgados me miraron en otras caras, celebraba el encuentro mientras transitaba las calles en bicicleta. Hoy que se dio, váh, hoy… ese ayer que no pude atacar en el momento, no pude verte a los ojos, si me viste no quisiste. Me quede pensando en cuan mal te habré hecho en el camino, desprolijo, creo que con vos siempre fui distraído, disperso, desprolijo, no tuve la sensibilidad para contestar a tu dosis de amor, que no eran tantas, y estaban bien… En un momento me sale cambiar de lugar a las personas, para pensar que no pertenecen más al universo del amor. Que el cariño sufrió un desapego fuerte, y por más que me habites la cabeza, el cuerpo, me distraje con la vía vida, siempre fuiste fuerte en mí, tuve fantasías de barrio, de vivir en San Vicente, de habitar los bares de la quinta tomando birra con vos, te volví a ver después de mis fantasías no pude confesarte ninguna…

Estuvimos en ese bar de los hermanos que hoy es un mal recuerdo de lo que fue. Podría charlar por horas, abrazarte por la cintura y mirarte sonreír picara, me robaste la posibilidad de ese pequeño adiós que nunca te di. Lo dilapide en inutilidad, los vaivenes me hacían pensar que éramos eternos, me acompañaste en la noche de mil rodajes, y creo que por el dos mil diez te había amado por última vez, moría néstor y yo me iba presuroso a otro lado, distraído, llegar primero no es ser el más aplicado, debería haber habitado esa cama, darme herramientas para amar, siempre corro la perdiz (aún no siendo necesario. eso debe ser huir)…

de a ratos mi fidelidad es con lo que hago o eso pienso, no supe verte que esta vez estabas ahí, que no era tiempos de otro novio para vos, de otra amante para mí. Y ahí te fuiste en la misma ventana que traía el día, hoy fuiste una estela de la plaza tal cual eras, solo que más seria de mañana, con menos brillo en la cara, igual de potente aunque sin alegría…

dejas tu estela por la ciudad y la persigo en la noche, la encuentro en el día… vale la pena haberse levantado, le comento a gastón mientras termino de cruzar la plaza, que el día ya me ha pagado, el resto de lo que suceda es gratis, viene de arriba y tu presencia mercedes seguirá resonando hoy en cada uno de los días…

no quiero ser (la huida)

No quiero ser un personaje de tu pasado, al habitar el efímero presente.

Al soltar, caer, ya nada podrá ser tal lo reconocías ayer.

Lo triste de un personaje sin memoria es apelar a ella, a lo que destruyo en su voracidad, sin entender que su fuerza radica en estar y nada más…

Las ventanas se abren a partir de uno, se cierran cuando la estela ha claudicado…

No hay distancia para el efímero hombre que transita este sendero, pocas damas me llevaron a jugar a sus mundos, los destruí uno a uno…

De tener la fuerza necesaria seguirías en pie, pero el aquí y ahora es una ola que no tarda en romper, si tan solo agarraras fuerte mi mano al proponer, seria menos residual mi estela, mi ida, esta huida…

hubo un instante en el que nuestros ojos se encontraron, uno breve, de esos que filmamos arriba del R12 gris, el que iba caminando era yo, esos ojos azabache se encontraron con los míos, palideció tu cara, y fue volver a vernos después de tanto silencio, sobre todo de mi cuerpo parado frente a vos, no pudiendo gesticular palabra, cuando a lo mejor nos debíamos otra charla. Fui mudo, y no podía explicar que mi amor había partido, extrañe horrores, solo que no pude, casi siempre fui tajante porque no entendí de grises, de dosificar lo que podía dar habiéndome mudado de ahí.

mi penelope cruz se pasea en un focus ultimo modelo, con su hijo en brazos…

el rayo hoy es diferente, pasa a través de un prisma o simplemente de un colador, puede dividir en colores o en mil pequeños puntos de luz, trato siempre trato de aunarlos, de recogerlos uno a uno, como juntando ramas desperdigadas, la potencia difiere, la manera de estar se constituye de una manera cercana a la posmodernidad.

fui un hombre de otro tiempo, construí la realidad ahí, los suficientes cambios para marcar lo importante que no existía hasta ese momento…

en el terreno de los afectos, de los roces, del sexo me entregue tal cual lo sentía, y siendo un hombre de otro tiempo, fui poniendo moños a cada una de las flores que sonreían al pasar, tapie un par de puertas con la férrea sensación de estar entregado a ella… nunca dude de mis elecciones, aunque el tiempo cambio y ese hombre que no veía posibles parejas, despertó, cuando lo hizo no quiso y primero intento cerrar lo que estaba siendo y dar vuelta la pagina, al cerrar… el daño calo hondo y nos quedamos sin marco, sin poder achicar la brecha y la soledad del hombre de otro tiempo se lo comió…

su muerte fue sentencia de su consecuencia, de llevar al extremo lo que se piensa de las cosas, puede que haya sido una mejor versión de esta persona que fui siempre y sigo siendo hoy…

dar muerte al hombre de otro tiempo 

matarlo fue un proceso, no estuvo exento de soledad, insomnio, más consecuencia, ausencia de piel, recorridas por agendas que había prendido fuego y en las cenizas solo quedaba algún número suelto de hojas mezcladas. intente encontrar el amor de aquellas que había desairado, sin el aura o medioambiente para que florezca eso que nos acerco en su momento, así se fue yendo, como una planta sin regar, de a poco, atomizado, disgregando en charlas de celulares, en salidas a lugares sin destino, en alcoholes varios, borracheras eternas, en encuentros furtivos sin el más mínimo reparo, lo primero que reventamos es la piel, cuando esta muere, como los animales la cambio, por una nueva y aquí lo complejo es con cual nos vestimos hoy para ser…

he tenido suerte ante todo, y ante cada una de las bellas personas que han estado a mi lado por lo breve que haya sido ese lapso, he querido, he amado, he construido una piel en el fragmento de tiempo posible que nos permitimos permanecer juntos… mi atomizado ser se aboga la posibilidad de decir hasta donde sucede ese tiempo posible, ese tiempo finito en todo caso se construye entre ambos, y por ahora trato de ser intuitivo, sensitivo, y sincero con lo que sucede, nos sucede y como lo construimos en los breves instantes que compartimos en el mundo.

te gane mes a mes, no durábamos más que ese noviembre y subestimábamos mi pequeño ego, ese que hoy creo que camina por otro lado, no tiendo ese tipo de luchas, ya no de esa manera…

he construido mudanzas, cervezas de barrio, amaneceres conjuntos, desayunos en la cama y no por eso los impulse al amanecer.

lo primero que me falta no es la correspondencia, es tomarme de la mano para ver tu recorrido en soledad, si el camino que transitas es en soledad, no me llevara a tu paraíso y muy rara vez llegue a mudarme ahí…

he atomizado demasiados paraísos perdidos, de cada uno he saqueado algo, mi velocidad a arrebatado la mitad de la vía vida a… he matado con apuro, algo que sin dudas me iba a cargar.

¿qué habría de cambiar?

solo se que a veces añoro volver a lugares de los que me ido tirando napalm, a los que he ingresado gritando AMOKAMOK, antes de matar a quien se cruce, o grite algo en contrario…

el lugar del crimen, habiendo mirando a los ojos a quien creía no merecer tal destino, el desierto taxativo y determinante del hombre de otro tiempo, solo hoy, abrir la puerta del ostracismo que se abalanzaba para abrazarme en soledad…

no me dejes caminar en soledad,

los caminos se bifurcan desde el vértice,

supimos dibujar rombos, ahí reside el acierto…

no vendamos tan caras nuestras emociones

la gratuidad de perder, la potencia a ganar

se nos va de las manos lo evitable,

elegimos caminar, «no juramos por nada más

que arrancarnos la maleza de una vez…»

miro ciertos acontecimientos, veo los diálogos por decir,

sigo de página, no participo en ello

ser en ese ostracismo autoimpuesto,

que me pierdo, de que no participo

el mundo sucede allá,

a través de que ventana entramos al hoy…

lo sabemos, lo intuimos, de a ratos accionamos,

tristeza de tener claro ciertos hilos,

no tirar de ellos aun en su bondad…

elijo, elijo seguir, y eso no está, no, no está, así es…

será, saldré cuando allá que brotar, brotaré, desde aquí…

frágil,

frágil de enamoramientos me desplazo,

en el aire el globo,

sus paredes de colores, se vuelven más finas al tacto,

pero no deja nunca de volar…

no sabe de arboles, de espinas, ni de movimientos bruscos

que lo lleven a colisionar,

mira de reojo tras su moño…

buscamos aire para volar, arriba en buenos ascensos soñar, hacia abajo en fuertes picadas a soportar, de quien lleva el piolín nadie se hace cargo… en silencio el que espera está agazapado.

en lo lamentable siempre uno sabe más.
un amigo me dice que cada uno decide, cada paso o acción que nos determinan, creo en el azar, en las decisiones de los otros en torno a uno, y en lo que no nos deja de explotar cerca de la cara.
he inflado cantidad de bellos globos de ilusión, he sido imprudente, he cruzado semáforos en rojo, he dicho lo que a lo mejor no debías escuchar, me ido sabiendo y no sabiéndolo…

quiero que me creas al escucharme, en toda pronunciación una palabra… pero explota, me explota, el pecho se desinfla y los hombros se contraen, parece que estoy a punto de quedarme sin aire, sin embargo, no es así, me afecto por las circunstancias, que ayer dibujaban flechas ascendentes mientras el cuerpo acompañaba, sin digitar en los más mínimo; hoy apuntan, y le dan al pecho, le dan al pecho su merecido, por imprudente, ineficaz, desbocado, de querer amar así lo debería haber comunicado…

parece que rápido se pasa todo, y hace un mes que nadie me besa.
he huido de los brazos de la que me amaba, de la que dejo todo por amarme y la que se presentó con fuerza tan solo para cogerme… las amantes dibujan en la noche círculos negros, en los que pretenden no encontrarnos, ciclos, siempre ciclos que nos dejan lo más lejos posible de la anterior cosecha, de la siembra, o simplemente soy la primer langosta, llama, hace, deshace, pergenia, digita, anticipa, charla demás…
y en eso mismo, te fuiste hace un rato, me despedí no de la forma que debería, la que sale, la que me sale, sino dejara de contarlo seguiría mintiendo.

tu luz y el canto de las sirenas me hacen mantenerme a tu lado, que me siga doliendo alejarme de vos…
de ahí, como salir de ahí. Me aventure rápido, sin una idea. Encontre más de lo que podía. En ese momento ya habíamos iniciado distintos caminos. Si reconociera las Y en el camino, plantearía curvas, nuevos acercamientos antes que fuera tarde. Si decides por los dos, puede que las espinas de tu larga vida no hagan nada a lo curtido de tu piel, en ejercicio, con la necesidad de enfrentar la adversidad, decides, aventuras, explotas…

agarrarse de que, de pequeños retazos de lo roto, de lo rasgado por uno en el momento en que el cariño desbordo y el agua lo cubrio todo… la inundación rara vez nos deja pensar, y el tiempo hara que el agua baje, lo que deja, sedimentos, humedad, volver a buscar las superficies originarias, tengo fuego y luz , alguna sonrisa apresada en la memoria; piel y humedades que vuelven como oleadas… de las reales gotas que golpean en la cara, que extienden las superficies de placer, al velo onirico que nos abraza para crecer en lo puro, en el fresco camino de pintar historias con el trazo de la noche, de los aromas que nos llaman a levitar en la proximidad…

lineas que nos cruzan en un momento determinado… inevitable, ser ahí…

no dare vuelta la cara,

me mantendre a tu lado tanto como me sea posible, como te sea posible,

es mi forma de querer, no dudes un segundo de mi presencia a tu lado,

no me espantes antes de tiempo, dejanos ser,

si la creciente llega, que nos encuentre preparados

de olvidarlo tal vez recuerdes el porque,

la pregunta me mato antes de ser…

Benn Northover: Hay una cierta intensidad, pero también hay un atisbo de otra cosa.

Jonas Mekas: A veces ese es el problema con los narcóticos, el alcohol e incluso el tabaco. Para aquellos que trabajan en fábricas y hacen un trabajo cotidiano esas cosas pueden ser muy dañinas. Te vuelves menos productivo y destruyes tu salud. Pero para los poetas y los artistas ayuda a eliminar ese plano normal y permite que lleguen las musas. Las musas no pueden llegar en una vida de clase media. Con Amy Winehouse la gente dice: “Oh, está bebiendo y tomando drogas”, pero no está cantando con una voz de clase media. Para abrir otras posibilidades tienes que destruir esas cadenas que impiden que las musas lleguen a tu vida. Yo estaba preparándome desde los seis años con los libros que leía: estaba buscando algo. Creo que ciertos espíritus me estaban preparando para otra cosa. Así que cuando llegó el momento de leer a Rimbaud, me tocó, no necesité drogas. Otros que no están preparados leerán a Rimbaud y no significará nada para ellos. Así que trabajas y trabajas si quieres ser actor, poeta o músico, trabajas sobre ti mismo. Eres el instrumento y te preparas para recibir a las musas.

Sobre el éxtasis. Entrevista con Jonas Mekas (1)

AH, MIS PIES DESNUDOS…
¡Ah, mis pies desnudos que caminan
por la arena del desierto!
¡Mis pies desnudos que me llevan
allí donde sólo hay una presencia única
y donde nada me ampara de ninguna mirada!
¡Mis pies desnudos
que han escogido un camino
que yo sigo como en una visión
de los padres que construyeron,
en el 20, mi villa de Milán y de los
jóvenes arquitectos
que la completaron en el 60!
Como ya para el pueblo de Israel y el apóstol
Pablo,
el desierto se presenta ante mí
como la única parte de la realidad que es
indispensable.
O mejor aún, como la realidad
despojada de todo, salvo de su esencia,
tal como se la representa quien vive y, a
veces,
la piensa, aun sin ser filósofo.
En efecto, nada hay aquí
que no sea necesario:
la tierra, el cielo y el cuerpo de un
hombre.
Por demente, abisal o etéreo
que sea el horizonte oscuro su línea es
UNA:
y cualquier punto suyo es igual a otro
punto.
El desierto oscuro que parece brillar,
tal es su dulzura azucarada,
y la bóveda del cielo, incurablemente azul,
cambian siempre, pero son siempre
iguales.
Bien. ¿Qué decir de mí mismo?
¿De mí, que estoy donde estaba y estaba
donde estoy
autómata de una persona real
enviado a caminar por el desierto en
lugar de ella?
ESTOY LLENO DE UNA PREGUNTA QUE NO SE RESPONDER.
¡Triste resultado, si he escogido este
desierto
como lugar verdadero e ideal de mi vida!
El que buscaba por las calles de Milán
¿es el mismo que ahora busca por las
calles del desierto?
Es cierto: el símbolo de la realidad
tiene algo de que la realidad carece:
representa todo significado,
y a la vez agrega —precisamente
por su naturaleza representativa— un
significado nuevo.
Pero este significado nuevo es
indescifrable para mí
—a diferencia del pueblo de Israel o del apóstol
Pablo—.
En el hondo silencio de la evocación sacra,
me pregunto entonces si para marchar al
desierto
no es preciso haber tenido una vida
ya predestinada al desierto,
y si al vivir
en los días de la historia —tanto menos hermosa,
pura y esencial que su representación—
no es preciso haber sabido responder
a sus preguntas infinitas e inútiles
para poder responder ahora
a esta del desierto, única y absoluta.
¡Mísera, prosaica conclusión
—laica por imposición de una cultura de
gente oprimida—
de un cambio iniciado para ir hacia Dios!
Pero ¿qué habrá de prevalecer? ¿La
aridez mundana
de la razón o la religión, despreciable
fecundidad de quien vive
relegado en la historia?
Mi rostro, pues, es dulce y resignado
mientras camino lentamente,
jadeante y bañado de sudor,
cuando corro
lleno de un sacro terror,
cuando miro a mi alrededor esta unidad
sin fin,
puerilmente preocupado,
cuando observo bajo mis pies descalzos
la arena sobre la cual me deslizo o me
arrastro:

precisamente como en la vida, como en
Milán.
Mas ¿por qué me detengo súbitamente?
¿Por qué miro fijamente ante mi, como si viera
algo?
No hay nada de nuevo más allá del
horizonte oscuro,
que se delinea infinitamente distinto o
igual
contra el cielo azul de este lugar
imaginado por mi pobre cultura.
¿Por qué, sin que mi voluntad lo ordene,
se me contrae la cara,
se me hinchan las venas del cuello,
se me llenan los ojos de una luz ardiente?
¿Y por qué el grito —que desde hace
unos instantes
me sale enfurecido de la garganta—
no agrega nada a la ambigüedad que hasta
ahora
ha dominado mi vagabundear por el
desierto?
Es imposible decir qué clase de grito
es el mío: aunque sin duda es terrible
—a tal punto que me desfigura los rasgos
volviéndolos parecidos a las fauces de
una fiera—,
también es, en cierto modo, alegre,
y me convierte casi en un niño.
Es un grito que invoca la atención de
alguien
o su ayuda; pero que quizá también lo
maldice.
Es un aullido que quiere proclamar,
en este lugar deshabitado,
que existo,
o bien no sólo que existo,
sino también que soy. Es un grito
en el cual, hundido en la angustia,
se siente un vil acento de esperanza;
o acaso un grito de certeza, totalmente
absurda,
dentro de la cual resuena, pura, la
desesperación.
De todos modos, esto es cierto: sea cual
fuere
el significado de mi grito,
está destinado a perdurar más allá de
todo fin posible.
Segunda Parte Capitulo 19
Pier Paolo Pasolini – Teorema
Gracias a las Gaby, Samy, Ana y Juli.
teorem13

-mirelaciónconelcine-

cada una me gusto, he realizado mi esfuerzo por mantenerme. no he perseguido inutilmente algo, en un principio me he mareado, algunas de ellas le guste demasiado, quien puede recibir el exceso de lo dado.

los tres besos y no dar vuelta la cara, no quiero vender y no esta a la venta, encontrar otros labios, tus labios…

podre cambiar eso que no viene, salir, transformar el espacio.

la casa debe mutar, con ella la via vida,

las peliculas vendran, estan viniendo

estan materializadas deben salir a la calle, terminar de encontrar su final,

el cierre del circulo, de la mano, de tu mano

de sus besos…

 

 

ventanadetiempo

de comerse, como se han comido.

ya no queda rastro de aquel cuerpo, lo hemos perdido.

la madrugada se presenta bamboleando lentamente sus telones de terciopelo.

en esa ventana de tiempo mágico, quede prendido… cada quien quiso pasar en el momento, a como de lugar parecía ser, pero no no era el tiempo correspondiente a ese aquí y ahora…

espere al tiempo, le hice lugar a mi lado, me dote de pausa y mire de costado.

la constancia de caminar, mirar.

iba a hablar de…

de esa cosa que es querer saber como se va a completar la escena. por suerte mire mas cerca, estas, hoy y no hay más…